Reality(nidad) de la Realidad
- Sara Osorio
- 10 nov 2023
- 6 Min. de lectura
Sara Osorio Orozco
24 de Mayo de 2022
Al hablar de Reality Show o Telerrealidad es indispensable pensar en los programas más populares que han envuelto a nuestra sociedad los últimos 30 años, influenciando de gran manera nuestras vidas. Ejemplos de estos son Las Kardashian (Ryan Seacrest-2007; 20 temporadas), RuPaul’s Drag Race (Nick Murray-2009; 14 temporadas), Jugando con Fuego (Netflix-2020; 3 temporadas), Protagonistas de Nuestra Tele (RCN-2010; 3 temporadas), Desafío (Pablo Garro-2004; 17 temporadas), entre otros programas y variedades. Pero, para entender su popularidad y parte de su importancia en las culturas, nos remontaremos a sus inicios, MTV y lo que han desencadenado a través de la explosión digital y su directa afectación en nuestro día a día. Donde, se tocará el tema en general y luego se hablará detalladamente de Colombia nombrando así a Analia Michelengeli y los Realitys Nacionales más importantes al año presente, 2022.
La telerrealidad se define como un género que busca documentar situaciones de personas anónimas (No actores o famosos) que suponen no estar guionadas, dando un contexto de interacción “natural”, donde el futuro y la historia es desconocida hasta para los creadores. Aunque se ha comprobado que muchas de estas grabaciones sí están manipuladas, no deja de llamar la atención y se ignora que esta telerrealidad es ficticia, aun así, el debate sigue estando abierto. Pues, al ver personajes comunes, pero agradables, pasando por situaciones con las que se puede hallar fácil reciprocidad, se genera aceptación por el público, el cual no cuestiona el formato.
Respecto a esto, críticos de televisión como Germán Yances. Han hecho intervenciones afirmando que “Los productores fabrican y controlan la realidad que se desarrolla en los realities desde el momento mismo en que seleccionan a los concursantes con criterios que les garanticen choque de personalidades” (Colprensa, 2012). Como respuesta, Ricardo Bermúdez, productor ejecutivo de Protagonistas de Nuestra Tele, afirma por medio del periódico El País que se buscan participantes con personalidad, carisma, actitud, talento y manejo escénico: “Un actor necesita tener arrojo, ganas de comerse al mundo”. Además, niega cualquier tinte de manipulación de contenido. “Todos los medios estuvieron como invitados en la Casa Estudio de Protagonistas de Nuestra Tele y vieron cómo se hace un producto limpio, claro, transparente desde la producción y el contenido y que no hay nada libreteado ni manipulado como se piensa” (2012). Pero, ¿dónde inicia todo?
Se debe tener en cuenta que la exploración del género y su concepto comienza en 1948 con Candid Camera en EEUU. Donde, se empezó a vender la idea de “realidad programada” por medio de concursos. Aun así, An American Family (EEUU-1971) es considerado el pionero de los realitys, llegando a Canadá y Reino Unido, países que adaptan el formato. Sin embargo, no se convierte en un fenómeno global hasta que FOX, en 1989, lanza Cops (Ver imagen 1 y 2). Un seriado de agentes de policía que, hasta hoy, sigue presente en las conversaciones y canales de muchos, siendo grabado en más de 144 países. Por lo que, viendo su éxito, no faltaron las adaptaciones que también gozaron de gran fama, aunque no igual. Uno de los ejemplos sería Metal, de Erik Lotour en 1991.

Imagen 1

Imagen 2
A través del éxito de los distintos programas que perseguían este formato, MTV decide unirse sacando en 1992 The Real World, programa que dio paso e inspiración a John de Mol para sacar Big Brother, otro reality de gran impacto que llego a más de 70 países y que es considerado el gran padre de los realities. Pues, como afirma la psicóloga Ana de la Vega, es “el primero que hizo rentable esa fascinación que el ser humano siente por la vida privada de sus pares. Mostró que no solo los famosos son interesantes. Que los anónimos son ratoncillos de laboratorio cuyos comportamientos queremos juzgar, amar, copiar u odiar” (Olier, 2012). A partir de esto se denominará a los realities’s “Laboratorios humanos” y se formula la pregunta: ¿Qué hace tan interesante ver a una persona actuar como persona?
Muchos medios se han interesado en la fama que gozan los realities y se han hecho distintas preguntas alrededor se la rápida popularidad que estos alcanzan. Lisandro Penagos, profesor de la Facultad de Comunicación Social de la Universidad Autónoma de Occidente, afirmó que Colombia tiene las condiciones para aceptar lo que un reality propone. Pues, como personas, es natural la intriga, el chisme y sentir validadas nuestras acciones. La trampa, el juego y la competencia, son vivencias diarias que a veces nos hace sentir juzgados, por lo que, ver a otro reaccionando igual o similar, nos permite sentir reconocimiento, definirnos o posicionarnos.
Para Francisco Núñez, profesor de los Estudios de Artes y Humanidades de la UOC, “el cotilleo que suscitan los personajes de los programas de telerrealidad sirven para posicionarnos a nosotros mismos con relación a nuestras emociones y valores; es decir, qué nos gusta y qué no, qué aprobamos y qué rechazamos, en qué nos consideramos mejores” (Formatje, 2016). Muchas veces el mismo desarrollo de las historias y la participación de la audiencia, generan un sentir de poder ser parte de la trama, permitiendo nuevas situaciones que se convierten en un sinfín de experiencias y emociones para el espectador. Es así que, parte del éxito es por la exacerbación del morbo de las audiencias que tienen que sentirse identificadas para que el producto les guste.
Aparte, la ciencia también ha intervenido en tratar de resolver dudas frente al género. El estudio «The Visual Impact of Gossip», de Eric Anderson, publicado en la revista Science, demuestra que nuestro cerebro presta más atención a aquellas personas de las que sabemos cosas negativas que a aquellas de las que sabemos cosas positivas o neutras. Los participantes en el estudio recordaban en un porcentaje más elevado a aquellas personas de las que habían oído algún chisme o informaciones negativas. Por otro lado, según un estudio en EEUU, las adolescentes que regularmente ven reality shows en televisión esperan, y aceptan, situaciones intimidantes y dramáticas en sus vidas, le dan más valor a la apariencia física, y se ven a sí mismas como líderes y modelos a seguir. Por lo cual, ¿Cómo podemos pensar las reacciones de la audiencia al ver peleas o escenas sexuales en Protagonistas de nuestra tele? (Ver imagen 3)
Imagen 3

De esto se destaca que Caracol TV es uno de los canales privados más influyentes en Colombia y, a través de estos, se conecta un público de distintas edades que llegan a disfrutar de diferentes programas. Aparte, están las Telerrealidades. Estas entidades, como lo demuestra su rating, entienden el lenguaje y como se conectan con su audiencia. Por lo cual, es común encontrar un discurso “humano” que en vez de conectar crea expectativas y una deconstrucción banal de la realidad. Este tipo de estrategias pueden suponer varios inconvenientes. Entre estos, la página web Las2orillas afirma que “la manera en que este tipo de programa televisivo enaltece la experiencia de cierto colectivo solo por su supuesta superioridad física sobre otros, se convierte en un producto televisivo de consumo masivo que poco o nada le aporta a la racionalidad de la vida” (2018). Dando a entender la manipulación y control del género sobre la audiencia.
Teniendo en cuenta lo anterior, se destaca que la experiencia humana no posee ningún valor artístico por sí misma, sino que los personajes ambiciosos han logrado rescatar la memoria de lo vivido a partir de rupturas y desmontaje, transformándolo en una herramienta el gran alcance y empatía. Por lo que, el género se vuelve difícil de exponer al no poder determinar qué tan realista o no realista son los choques. Pero, si se genera un problema al hablar del uso de los códigos para subir mi rating sin importar como se desenvuelva la historia en el “laboratorio humano” haciendo de la experiencia un engaño.
Como conclusión, los realitys no son un género enemigo ni son el demonio de los medios audiovisuales. Pero, si tienen muchas problemáticas generadas más por sus deseos de atraer la atención y generar mayor rating a partir de lo básico, que por cómo se trate su contenido o su definición general. Causando que, buenas producciones queden en el olvido y solo se persiga la practicidad materialista que permita generar más dinero sin darle la importancia necesaria al espectador. Lo que conlleva a un peso de adolescentes y nuevas generaciones dispuestos a aceptar o justificar tratos que no son naturales y no deben enseñarse por medio de un televisor.
Referencias
Anderson, E., Siegel, E., & Bliss, E. (2011). The Visual Impact of Gossip. Seattle: Science.
Colprensa. (17 de Septiembre de 2012). El Colombiano. Obtenido de https://www.elcolombiano.com/historico/reality_show_asi_nacieron_los_programas_que_revolucionaron_la_tv_en_el_mundo-KFEC_207278
Formatje, N. B. (11 de Febrero de 2016). Universidad Oberta de Catalunya. Obtenido de UOC: https://www.uoc.edu/portal/es/news/actualitat/2016/031-reality-show.html
Molina, A. M. (17 de Agosto de 2018). Las2orillas. Obtenido de https://www.las2orillas.co/la-imagen-humana-el-problema-de-los-reality-shows/
Olier, J. C. (s.f.). Los “realities” y su influencia en la juventud colombiana. Bogotá : Colegio Calasanz.
País, R. d. (16 de Septiembre de 2012). El País. Obtenido de https://www.elpais.com.co/entretenimiento/asi-nacieron-los-programas-que-revolucionaron-la-television-mundial-los-realities.html
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